Llevo días,
semanas,
sin escribir.
Y no pasa nada,
no pasa nada
en absoluto.
No es sequía,
de hecho
las ideas bullen,
se acumulan,
ya saldrán.
No tiene importancia,
ninguna
en absoluto,
escribir es una broma.
Ahora hay cosas más importantes:
Tengo el cuerpo
y el cerebro
llenos de cicatrices,
de noches que no recuerdo,
naufragando en licores
y locuras,
reparé la cruz a mordiscos
y me llevó de nuevo
al calvario,
encontré una gotera
en el baño,
un zumbado guarda mi morada,
rompí un zapato
(mi último
zapato),
noches sin dormir,
cuentas que no salen,
conocí a un gran escritor,
insulté a la policía
y me multaron.
Primum vivere,
deinde philosophari.
Asisto impasible a la destrucción
de una generación entera
que se deprime y bebe,
que se tambalea y ríe,
y se arrepiente de todo
antes de empezar de nuevo.
Sonrisas etílicas
que se rompen en pedazos
al abrigo del amanecer
haciendo eses por las calles rojas
de sangre de suicidas
(la más difícil de limpiar).
Miedo.
Terror.
Horror... El horror...
Siempre pagan los mismos,
los de los bolsillos vacíos,
o llenos de nada,
idiotizados,
con cara,
porte
y mentalidad
de oveja blanca.
No vale la pena gritar,
porque todo encaja.
No hay salida,
el cinturón apretado,
la correa corta,
los dientes podridos,
la piel pegada al hueso,
ni un triste sobre para los sísifos.
No hay nada que ofrecer,
nada que esperar,
en esta roca
en la que soñar está mal visto.
Asco es el color del cielo,
eternas las cadenas.
Escapa si puedes,
inténtalo,
es mi consejo,
corte de mangas,
risas,
no eres nada para nadie,
has de ser todo para ti,
que se maten por su dinero
y naden en él,
preocúpate de conservar
cabeza
y
polla
bien altas,
no hay más.
Arte
angustia
proyectos
ilusiones
vida
muerte,
todo es una broma,
todo es polvo,
asúmelo,
no te sorprendas,
yo no lo hago,
no me sorprendo,
lo dijeron hace ya tiempo:
“La vida es una ilusión
y los sueños
sueños son.”
Asúmelo.
Y así,
entonces,
puede que llegue el dulce día
en que solo tengas
que esperar...
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